Aunque es lindo meditar en las expresiones Justicia y Misericordia, es bueno que primero meditemos a considerar la tercera declaración del profeta: “Humillarte ante tu Dios”, una traducción literal podría sonar así: “humillarte para andar con tu Dios” Cómo es posible, que nosotros siendo injustos y pecadores, andemos o nos relacionemos con el Dios Santo y Todopoderoso y que se nos prometa vivir con Él, porque nos acepta como sus hijos por la obra de Jesús el Mesías, Salvador, su amado Hijo. Maravilloso y sublime será vivir con el Padre. Jesús nos invita a que vengamos a Él para que nos relacione con su Padre, así viviremos con Él para siempre. Envidiable la oportunidad de Adán y Eva que andaban, convivían y disfrutaban la relación de hijos con el Dios Creador quien era el Padre, gracias a Cristo en Él hay esa oportunidad para vivir con el Padre, entretanto, nos relacionamos con Él por medio de la comunión, por la oración constante todos los días, entre tanto llega el momento para partir y estar con Él para siempre.

Dice el profeta Miqueas, que Dios pide que se practique la justicia. Considero que se refiere a ser justos en nuestras relaciones con los demás, a veces cometemos errores de falta de consideración, abusamos de la confianza que nos brindan. ¿Somos justos con la familia? ¿Somos justos en el trabajo? ¿Somos justos con los compañeros en la escuela o en el trabajo? 

El profeta dice: Amén la misericordia. Ser generosos con otros es una virtud que se admira. Las circunstancias difíciles o penosas en las que viven otras personas,  requiere el apoyo de nosotros que estamos en mejor condiciones, eso es misericordia.

Lee Miqueas 6:8