Me veo obligado a jactarme, aunque nada se gane con ello. Paso a referirme a las visiones y revelaciones del Señor. Conozco a un seguidor de Cristo que hace catorce años fue llevado al tercer cielo (no sé sí en el cuerpo o fuera del cuerpo, Dios lo sabe). Y sé que este hombre (no sé si en el cuerpo o aparte del cuerpo; Dios lo sabe) fue llevado al paraíso y escuchó cosas indecibles que a los humanos no se nos permite expresar. De tal hombre podría hacer alarde; pero de mi no haré alarde sino de mis debilidades. Sin embargo, no sería insensato si decidiera jactarme, porque estaría diciendo la verdad. Pero no lo hago, para que nadie suponga que soy más de lo que aparento o de lo que digo.
2 Corintios 12:1-6
Magnífico testimonio del apóstol Pablo, estuvo en el Paraíso de Dios o tercer cielo, lugar a donde después de morir por causa del evangelio regresó para estar con el Señor Jesús a quien sirvió.
Mucha gente no cree que hay vida después de dejar este mundo, otros no saben a donde irán al morir, otros que irán al purgatorio y otros más sabemos que iremos a ese tercer cielo. Ya que el primero, es el cielo atmosférico, el segundo, es el cielo astral o universo. Los que creemos y tenemos a Cristo en nuestra vida como nuestro Señor y Salvador tenemos la seguridad de que iremos a ese paraíso, porque Jesús el Cristo lo prometió: “No se angustien. Confíen en Dios, y confíen también en mí. En el hogar de mi Padre hay muchas viviendas; sino fuera así, ya se lo habría dicho a ustedes. Voy a prepararles un lugar. Y si me voy y se lo preparo, vendré para llevármelos conmigo. Así ustedes estarán donde yo esté.” Evangelío de Juan 14:1-3.
Nuestros años de vida son breves, hoy estamos y mañana moriremos. Tu también te vas a morir, ¿morirás sin saber cuál será tu destino final? Recibe a Cristo como el único Salvador, arrepiéntete de tus pecados, confiésalos a Dios y serás perdonado, Jesús el Cristo salvará tu alma. Lo hizo conmigo y con millones de personas de todas las razas, también lo hará contigo. Hazlo muy pronto.