Y si el Espíritu de aquel que levantó a Jesús de entre los muertos vive en ustedes, el mismo que levantó a Cristo de entre los muertos también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que vive en ustedes.

Carta del apóstol Pablo a los Romanos 8:11

La Muerte afecta a la mayoría de los seres humanos, porque no tienen esta esperanza que el apóstol menciona. Esa esperanza es para aquellos que creen y han recibido a Jesús de Nazaret como su Salvador y lo obedecen. En las naciones del mundo hay personas que han tenido esta experiencia de tener esta convicción de creer, seguir y vivir conforme a las enseñanzas de su Maestro Jesús el Mesías y Salvador. Cuando mueren lo hacen con la certeza que su alma se va al cielo donde se encuentra su Señor y Salvador. No así los otros que no han tenido esta experiencia. Los que creen lo que el apóstol Pablo dice, que el Espíritu de Dios que logró resucitar a Cristo de entre los muertos, al que levantó del sepulcro donde se encontraba su cuerpo, el cual estaba transformado, al tercer día hizo este milagro. El apóstol Pablo menciona también, que ese mismo Espíritu de Dios que habita dentro de nosotros nos levantará de entre los muertos con un nuevo cuerpo a todos los seguidores de Cristo Jesús el día cuando él regrese a esta tierra para juzgar a las naciones e iniciar el establecimiento de su reino aquí en la tierra.

Posiblemente te preguntes, ¿cómo puedo recibir al Espíritu de Dios en mi ser? La única manera es, arrepentirte de tus pescados, reconocer que eres pecador y has ofendido a Dios, confiar en la muerte de Cristo quién murió por toda la humanidad para que vinieran a Dios para ser perdonados, creer en su resurrección e invitarlo a entrar a tu vida, en ese instante Dios te dará al Espíritu Santo para que esté contigo, te dará paz, seguridad, el día que tu mueras físicamente te irás a su presencia. No demores, reconoce a Cristo e invítalo a entrar a tu vida.

Lee Romanos 8:9-11