Él apóstol dice a la iglesia de Éfeso y a todo cristiano que debemos ser amables, pacientes y tolerantes con los demás creyentes de la iglesia, debemos extender estas virtudes a la familia y a nuestros conocidos, creyentes en Cristo o no. El énfasis está en que debemos ser amables con nuestros hermanos de la iglesia, afectuosos, cariñosos, atentos, corteses, agradables, serviciales, respetuosos con todos y con los menos aptos, desvalidos y necesitados. Una sonrisa abre la puerta a la amabilidad.
Debemos ser pacientes dice el apóstol como recomendación a los que forman la iglesia de Cristo. Muy frecuentes somos impacientes con los demás, aún con los de nuestra propia casa. Es tan importante en las relaciones humanas ser pacientes, esto consiste en tener paz, calma y tolerancia que es la cuarta palabra que usa el apóstol Pablo como consejo. La paciencia como virtud moral, es eficaz, es ser perseverante, saber esperar, buscando la armonía y la mejor solución. La paciencia debemos tenerla con la familia, con los hermanos de la iglesia y con Dios en la espera de su respuesta a nuestra oración de petición o de intercesión en favor de otros.
El cuarto consejo del apóstol a los creyentes de Éfeso es ser tolerantes. Es una actitud y comportamiento individual o con un grupo, sea en el templo con otros creyentes o en el trabajo o con cualquier otro grupo de personas, debemos ser flexibles, comprensivos, no se debe perjudicar con dolo los derechos de los otros. El apóstol dice, que con los hermanos en Cristo debemos practicar estas virtudes con amor; el amor de Cristo fue puesto en nuestros corazones y esforzarnos para tener la unidad en el Espíritu para no entristecerlo cuando no procuramos la unidad. Esto, incluye también nuestro hogar. Se debe hacer en el vínculo de la paz, en una unión o relación con otra o con otras personas. La palabra vínculo significa encadenados, atados, unidos física o simbólicamente como en la pareja o matrimonio, en los padres a los hijos y viceversa. Como hijos de Dios debemos tener esta unidad en el vínculo de la paz, porque un día estaremos en el cielo como una sola familia universal y teniendo un Padre para todos de manera visible y un Salvador en común, Jesús el Mesías.
Lee Efesios 4:1-6