“El que comparte el pan conmigo me ha puesto la zancadilla”

Les digo esto ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda crean que yo soy. Dicho esto, Jesús se angustió profundamente y declaró: –“Ciertamente les aseguro que uno de ustedes me va a traicionar”.

Evangelio de Juan 13:18c,19,21

Es la última semana en el ministerio terrenal de Jesús de Nazaret, una semana álgida, con muchas situaciones dispares, de tal magnitud que sus emociones están afectando su tranquilidad ante la tragedia que se acerca rápidamente. Por eso esa semana la dedica a los suyos, convivir con ellos, hablar del futuro, de la pureza de sus vidas, de lavar los pies de ellos y de que sigan su ejemplo en el servicio. La felicidad y la bendición vienen por medio de la obediencia (v. 17). Resalta que uno de ellos no recibiría esa bendición. Él sabía quién era el traidor (v.11). En el plan de Dios, a semejanza de Él, que tuvo su hipócrita traidor, desleal y rebelde, Luzbel; pasaría lo mismo con el encarnado Emmanuel, es por eso que Cristo en concordancia con la voluntad de Dios sabia de su discípulo Judas que ya había planeado su traición. Este, ya había llegado a un acuerdo con los ancianos religiosos y con sus líderes Anás y Caifás. Ahora lo menciona a los otros discípulos sin mencionar el nombre del traidor.

Jesús descendiente del Rey David, emula a éste, ya que David tuvo su traidor llamado Ahitofel, con quien comía y en quien confiaba, lo traicionó y después el malvado se ahorcó (2 Samuel 16:20- 17:3,23). Así Judas, considerado un amigo cercano, traiciona y después se ahorca. Aunque Dios sabía todo, Judas es culpable y a los culpables de cualquier pecado no arrepentido los juzgará el Señor.

En tu amistad hacia otros sé leal, en cuanto a Jesucristo tu fidelidad a Él es tu seguro de vida eterna. “Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida” (Apocalípisis 2:10).

Debemos recordar cada uno de los sufrimientos que experimentó por amor a nosotros. Tengamos sincera gratitud a Cristo por nuestra salvación y compartamos de su amor con otros, es nuestro deber hacerlo, obedezcamos.

Lee Juan 13:18-30