“Por tanto es necesario que prestemos más atención a lo que hemos oído, no sea que perdamos el rumbo…¿cómo escaparemos nosotros si descuidamos una salvación tan grande …”

Carta a los Hebreos 2:1-3

El escritor de la carta a los hebreos, presenta una declaración inquietante a sus lectores los cuales eran creyentes en Jesús el Mesías y lo hace con una pregunta perturbadora como advertencia. ¿Cómo escaparemos si descuidamos nuestra salvación la cual es muy grande?. La grandeza de la salvación que Cristo ofrece, se debe, a que fue Dios que planeó todo en favor del hombre enviando a su Hijo unigénito a rescatar al hombre, porque este tenía una naturaleza caída por causa del pecado de Adán, convirtiendo al ser humano imperfecto, con tendencia a hacer lo malo, lo cual lo convirtió en pecador, en un ser desobediente por su propia voluntad. “Dios ratificó la salvación  del hombre con señales, prodigios, diversos milagros, y dones distribuidos por el Espíritu Santo según su voluntad” (v 4).

Es por eso la inquietud del escritor de esta carta, en que no podemos descuidarnos de nuestra salvación de los que ya hemos creído en Cristo como nuestro Salvador y Señor. Descuidarse de ella provocaría duda, de si en verdad somos sinceros seguidores del Señor Jesús. El verdadero creyente en esta salvación, no puede claudicar de su fe en su Salvador, si es un creyente tibio tendrá consecuencias que enfrentar, como es la disciplina de Dios en alguna de sus diferentes formas. La tibieza espiritual es un conformismo, es estancamiento en la fe. El seguidor de Jesucristo tiene que crecer en la fe, vivir en la victoria de Cristo y usar sus dones espirituales para dar testimonio en el mundo. No descuidemos nuestra salvación es peligroso.

Lee Hebreos 2:1-4