“…Si un hombre tiene cien ovejas y se le extravía una de ellas, ¿no dejará las noventa y nueve en las colinas para ir en busca de la extraviada?”

Parábola de Jesús

Estamos de acuerdo, debe ir a buscarla urgentemente, porque posiblemente está al borde del precipicio o enredada entre los espinos o en peligro de muerte por un animal que está al acecho o lejos y no sabe cómo regresar.

Posiblemente eso está ocurriendo con alguien de tu familia y no te has percatado del riesgo en que se encuentra, tal vez en riesgo de muerte espiritual y eterna. Si esa persona se muriera físicamente en forma repentina se perdería para siempre en la eternidad, sin Dios, sin salvación de su alma, sin esperanza. Esto debe preocuparte y actuar con urgencia para que ya seas tú o un creyente en Cristo le comparta de la salvación que solamente Dios puede lograr por medio de Jesucristo. Él dijo: “El que cree en él no es condenado, pero el que no cree ya está condenado por no haber creído en el nombre del Hijo unigénito de Dios”.

“Yo soy la puerta; el que entre por esta puerta, que soy yo, será salvo”. “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie llega al Padre (cielo) sino por mí” (Evangelio de Juan 3:18; 10:9; 14:6). No te demores, busca a ese miembro de tu familia para que tenga la seguridad que solamente Jesús el Salvador puede darnos, estará en paz, tendrá la salvación de su alma, vida nueva en Cristo y vida eterna con Dios. Tú, te sentirás feliz de lo que has hecho, lo mismo que le sucedió al pastor de la parábola. “Y si llega a encontrarla, les aseguro que se pondrá feliz por esa sola oveja que por las noventa y nueve que no se extraviaron. Así también, el Padre de ustedes que está en el cielo no quiere que se pierda ninguno de estos pequeños” (Evangelio de Mateo 18.12-14).

Además, Santiago en su carta universal declara: “Recuerden que quien hace volver a un pecador de su extravío, lo salvará de la muerte (eterna) y cubrirá muchísimos pecados” (5:20).

Lee Mateo 18:12-14