Pero éstas se han escrito para que ustedes crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que al creer en su nombre tengan vida.
Evangelio de Juan 20:31
El ser humano experimenta en un solo ser: vida física, vida mental, vida emocional y vida espiritual. Cada una de estas áreas son tan necesarias para el bien del hombre y de la mujer, un descuido o una mala administración de alguna de estas áreas lleva a la persona a tener conflicto consigo mismo. La salud de nuestro ser total es muy indispensable para que podamos funcionar eficazmente, eso nos lleva al contentamiento o felicidad integral.
De estas cuatro áreas, nos descuidamos más del aspecto espiritual. A Cristo Jesús mucho le importó el hombre integral, pero advirtió: “¿de qué le sirve al hombre, si logra todo y pierde su alma?” Hizo énfasis en la urgente necesidad de cuidar nuestra alma o área espiritual e invitó a la gente diciéndoles: “y no quieren venir a mi para que tengan vida.”
El apóstol Juan, en su evangelio menciona varias expresiones de Jesús respecto al asunto espiritual, no se las dijeron, él las escuchó porque fue uno de sus discípulos y siempre anduvo con su Maestro. Las palabras de su evangelio que tenemos al inicio de la reflexión lo expresa muy claramente: “estas cosas las he escrito para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, (el Salvador) el Hijo de Dios, y para que al creer en Él tengan vida.”
Juan fue un fiel seguidor de Cristo, fue el último de los apóstoles en morir, sirvió a su Maestro y Señor hasta sus últimos días de su vida, compartiendo del amor de Jesús el Señor, de sus enseñanzas, de su muerte, de su resurrección y de su ascensión al cielo. Tú, como yo, tenemos que creer en Cristo como nuestro Señor y Salvador, y tener esa nueva vida espiritual que produce salvación, paz verdadera y vida eterna que Él nos ofrece. Al morir físicamente nuestra alma llegará al cielo. Su promesa:
“Les escribo estas cosas a ustedes que creen en el nombre del Hijo de Dios, para que sepan que tienen vida eterna.”
I Juan 5:13
Lee Juan 20:30-31