Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.

Libro de Génesis 1:3

El restaurante era encantador, pero oscuro, una pequeña luz de una vela alumbraba en las mesas, algunos comensales usaban su celular para iluminar el menú y decidir que deberían pedir para cenar. Después de unos minutos un joven se levantó de su mesa y le preguntó al gerente: ¿podría encender las luces? Poco después una luz delicada iluminó desde del techo y alguien expresó: ¡sea la luz!,  todos rieron y aplaudieron. La noche sombría se convirtió en una celebración con la simple presión de un interruptor y produjo alegría. Dios no usó un interruptor, sino la poderosa palabra: —¡Sea la luz!  Y fue la luz. Y vio Dios que la luz era buena.— Todo se iluminó ante la oscuridad aterradora y amenazante. Después de todo, cuánta seguridad  produce la luz,  gozo y tranquilidad. En verdad la luz es buena.

La Biblia nos dice que el hombre vive en oscuridad, se refiere a su vida espiritual, dentro de sí mismo. El pecado del ser humano produce ceguera, y muchos no quieren salir de esa situación porque se han acomodado a la práctica del pecado que produce esas tinieblas tenebrosas. Muchos mueren físicamente sin haber probado vivir en la luz de Dios, no buscaron el perdón por sus pecados en un arrepentimiento sincero. Jesucristo expresó: —”Yo soy la luz del mundo (humanidad), el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” -Evangelio de Juan 8:12.

Jesús fue enviado por el Padre Dios como luz para guiar a la gente para que tuvieran la oportunidad de salir de la oscuridad y vivir en la luz. Desde entonces el hombre tiene la oportunidad de vivir con seguridad y gozo. El día que deje este mundo continuará viviendo en la luz en el cielo de Dios por medio de Jesucristo. Toma tu decisión, oscuridad o luz.

Lee Juan 8:12-18