Esto es, por lo que es sabio y de personas inteligentes vivir una sincera relación con Dios; llamarle frecuentemente, siempre nos responderá y nos dará la respuesta correcta. . .aunque a veces no lo parezca. La invitación para ti es: llámalo, a la hora que puedas y en lugar que estés.
Llamar a Dios demanda de nosotros calidad.
A veces lo buscamos solamente en emergencias. Lo peor de todo, es que en medio de esa emergencia o situación llegamos a creer que Él no nos atiende o que se tarda demasiado en responder. Esa es una actitud injusta de nuestra parte. Recuerden esto frecuentemente, es muy importante que lo hagan: al clamar u orar a Dios debemos recordar tres cosas:
1. El amor de Dios es que siempre procura y desea lo mejor para nosotros.
2. La sabiduría de Dios, es la única que conoce lo que es mejor para nosotros.
3. El poder de Dios solo permite que suceda lo mejor.
Como Jeremías debemos clamar a Dios con fe perfecta, confiando en Su amor, en Su sabiduría y en Su poder, entonces llegaremos a disfrutar su paz y tendremos el gozo de Cristo Jesús. Antes que se termine este día, llama a Dios.
Lee Jeremías 33:1-3