Cuando tú o yo llamamos a nuestro Padre Dios, clamando, estas son algunas de las bendiciones que recibiremos:

1. Nuestras cargas cambiaran de hombros. Su nombre es Paracleto, es el nombre del Espíritu de Dios, alguien que está a nuestro lado para ayudarnos a cargar nuestras penas y dificultades y darnos una solución (Romanos 8:26,27). 

2. Recibiremos la paz que sobrepasa nuestro entendimiento, y cuida nuestros corazones y nuestros pensamientos en Cristo Jesús (Filipenses 4:7). Esto no quiere decir que la paz de Dios sea un misterio de tal manera que la mente humana no pueda entenderla, la verdad es que significa: que la paz de Dios es tan preciosa que el entendimiento humano con toda su inteligencia, habilidad, conocimiento, ingenio, talento, trascendencia, jamas pueda inventarla, encontrarla o producirla. Está absoluta y enteramente más allá de toda capacidad del hombre lograrla por sí mismo. La paz es solo un don o regalo de Dios. El camino hacia la paz es llevar todo lo nuestro y a todos los que queremos para depositarlos confiadamente en las manos de Dios mediante nuestro clamor o nuestra petición.

3. Cuando nos comunicamos con Dios, recibimos promesas. Hay muchas promesas en la Biblia, busquemos la promesa indicada para solicitar su cumplimiento en nuestro favor o en favor de otros. Si tu Biblia tiene concordancia  busca promesas y te saldrá la información y esos pasajes o versículos te llevaran a otros. O cuando lees la Biblia y te encuentras con una promesa anota donde se encuentra ya que en el futuro te servirá. Además considera la promesa adecuada y pide que se cumpla en ti, y Dios lo hará porque es Su Palabra.

4. Cuando clamamos a Dios, comprenderemos Su soberanía, porque Él es nuestro creador, creador de todo y de todos, en su soberanía Él tiene el control de todo y de todos. El decide hoy quien se va de este mundo y quienes se quedan porque Él es soberano. Su soberanía invade y controla el universo porque también es trascendente.

5. También, debemos saber que: “todo obra para bien, a los que aman a Dios” (Romanos 8:28) Si alguien ama a Dios y confía en Dios y acepta a Dios,  y está convencido que Dios es el Padre sabio y amante, entonces puede aceptar humildemente todo lo que Dios le envía y lo sobrelleva.

6. Cuando clamamos a Dios; experimentamos un renovado gozo. Nos sentimos felices, satisfechos, el entusiasmo nos embarga cuando Dios ha respondido a mi clamor, a mi petición, a mi ruego, satisfaciendo lo que uno necesitaba. Jesús dijo: “Hasta ahora no han pedido nada en mi nombre. Pidan y recibirán para que su gozo sea completo” (Juan 16:24). Hermosa alegría al recibir buenas noticias y viniendo de Dios son maravillosas.

Continúa…

Lee Romanos 8:26-28