Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo les concedan gracia y paz. Jesucristo dio su vida por nuestros pecados para rescatarnos de este mundo malvado, según la voluntad de nuestro Dios y Padre, a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Carta del apóstol Pablo a los Gálatas 1:3-5

Conviene notar tres cosas en esta declaración apostólica.

—Nos habla de lo que Jesucristo hizo. El se dio a sí mismo por nuestros pecados. No fue obligado a ser una víctima por las circunstancias. Su muerte en realidad fue una decisión voluntaria, para satisfacer la justicia de Dios porque el hombre era culpable de su rebeldía y pecados ante Él. Cristo se dio a sí mismo, expresa la iniciativa en la obra que hizo a favor del hombre. 

—También nos habla del favor que recibimos por el sacrificio que Jesucristo hizo. “Librarnos de este mundo malvado”. Esta frase se refiere a los males que en el mundo existen desde que el ser humano es pecador, hay maldad por doquiera, como dijera el filósofo: “el hombre es el lobo del hombre”. El mal no ha dejado de existir aún con los adelantos científicos y médicos y toda clase de inventos y prosperidad. El mal se expresa en diferentes maneras cada día. Si el ser humano desea ser librado del mal tiene que decidir que Cristo Jesús lo haga reconociéndolo como su Salvador, confesando sus pecados para ser perdonado por Dios, la decisión es personal no es por medio de una institución religiosa, es personal entre el hombre y Dios por medio de Cristo Jesús.

—Nos habla de lo que Jesucristo hizo está en conformidad con la voluntad de Dios. Aún cuando lo que hizo Jesucristo fue voluntaria, según el plan de Dios para salvación del hombre, obedeció a su Padre por amor de la humanidad pagando con su vida nuestro rescate. Después de morir crucificado, al tercer día Dios lo levantó del sepulcro resucitándolo como garantía de nuestra salvación. Creemos en un Cristo vivo. Dios no quiere que ningún ser humano se pierda en la eternidad, sino que venga a Él en sincero arrepentimiento y viva para siempre junto a Él. Esa es su voluntad de Dios para todos nosotros.

Lee Gálatas 1:3-5