Ahí mismo Jesús les informa de la traición de uno de ellos, la negación de Pedro, la salida del lugar de Judas para cumplir el convenio que hizo con los líderes y principales sacerdotes del Templo de entregarles a Jesús por 30 monedas de plata y con toda seguridad como testigo para declarar contra Jesús cuando fuera llevado a juicio. A la salida de Judas, Jesús lavó los pies de cada uno de los discípulos, cantaron los salmos del Hallel (Hallel significa ¡Alabad a Dios! o Aleluya), eran los salmos 113-118 que son cantos de alabanza. Antes de la cena los salmos 113–114 y después de la cena los salmos 115-118, al final de la Pascua se cantaba el gran Hallel el salmo 136. Después salieron para el huerto de Getsemaní, donde muchas veces habían estado en ese lugar para descansar, ahora el propósito de Jesús es estar con su Padre en oración buscando su voluntad, los discípulos cansados por las actividades del día, más la tristeza que les embargaba por lo que su Maestro les había mencionado; de que eran los últimos momentos que pasaría con ellos, porque sería traicionado y entregado a los líderes religiosos del templo, se durmieron.

La institución de la Cena del Señor se inició a partir de esa ocasión y su práctica se ha realizado en todas las épocas en cada comunidad de cristianos. La Cena del Señor Jesús tiene significados que nunca se han olvidado:

1) El pan representa Su cuerpo entregado voluntariamente y crucificado para beneficio de los seres humanos.

2) Y de la misma forma el vino como un recordatorio real de su sangre en beneficio de todos, sin cuyo derramamiento no hay perdón de los pecados y purificación para tener una nueva relación o pacto con Dios. Por eso dijo Jesús: “Hagan esto en memoria de mi.”

Cada vez que una comunidad de cristianos celebra esta Cena se recuerda el sacrificio de Cristo Jesús y la salvación que por su muerte fue lograda según el propósito de Dios. Debemos tomar esta Cena con acción de gracias y adoración. Expresándole al Señor nuestro amor y gratitud.

Lee Mateo 26:17-46