En nuestro diario acontecer, hay días cuyo inicio son agradables pero el final insoportables o decepcionantes. Lo mismo en un encuentro deportivo, cuando nuestro equipo favorito gana nos alegramos y cuando pierde nos enojamos. La vida tiene sus contrastes. No sé en qué estado de ánimo iniciaste este año. Cuales fueron tus metas, sueños o anhelos.

Desde ese 1 de enero nuestra vida comenzó a deslizarse al de venir de cada semana y cada mes. Una experiencia aquí y otra acá. Nuestra salud óptima o con sus altas y bajas. La economía fabulosa, decadente o arriba y abajo. Como hayamos recorrido este periodo de tiempo, así será el final de este año por terminar. Feliz o infeliz, satisfecho o decepcionante, con gratitud al Señor o indiferentes. Si las experiencias fueron difíciles y nos afectaron bastante en todas o en algunas áreas de nuestra vida, vale la pena preguntarnos: ¿Qué falló? ¿Yo, Dios, las circunstancias o el sistema de gobierno? El apóstol Pablo declara: “Lo que el hombre sembrare eso también cosechará” (Gálatas 6:7) Salomón dice: “Los deseos de los justos terminan bien; la esperanza de los injustos termina mal” (Proverbios 11:23).

Vale la pena un examen de nuestra vida de lo que hicimos bien o lo que hicimos mal, no podemos regresar en el tiempo y enmendar lo que ya hicimos, debemos por lo tanto reconocer nuestra falta de dependencia en el Señor y tomar la decisión en Él de obedecerlo y aceptar sus recomendaciones que ha dicho en sus Escrituras Sagradas, como por ejemplo:

“Encomienda al Señor tu camino; confía en Él, y Él actuará” (Salmo 37:5) “Pero yo, Señor, en ti confío, y digo: Tu eres mi Dios. Mi vida entera está en tus manos.” (Salmo 31:14, 15ª).

Yo te pregunto. ¿Qué vas hacer? ¿Esperar otro año igual, peor o mejor? Depende de ti. Mi oración y mi anhelo es que comiences bien y tengas un final feliz este nuevo año. Te recomiendo que seas generoso contigo, con tu familia, con tus amigos, con Dios nuestro Padre siendo fiel, con Jesucristo amándole y sirviéndole, con el Espíritu Santo obedeciéndole en sus directrices que te dé, con tu iglesia sé también generoso.

Te comparto esta Escritura: “Unos dan a manos llenas, y reciben más de lo que dan. El que es generoso prospera; el que reanima será reanimado.” Proverbios 11:24,25).

Con mi aprecio de siempre, ¡Feliz terminemos el año! Y ¡Feliz año nuevo!

Lee Salmo 37:1-9