“Todo me esta permitido, pero no todo es para bien. Todo me está permitido, pero no dejaré que nada me domine. Los alimentos son para el estómago y el estómago para los alimentos; así es, y Dios los destruirá a ambos. Pero el cuerpo no es para la inmoralidad sexual sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo. Con su poder resucitó al Señor, y nos resucitará también a nosotros”.

I Corintios 6:12-14

Todo ser humano se preocupa cuando se enferma. A veces la enfermedad es pasajera, pero otras veces no. Hay enfermedades para muerte y eso es preocupante, cuando alguien padece una enfermedad y el diagnóstico médico lo declara incurable y terminal, increíble pero ha sucedido en muchas personas.

Si anhelamos vivir muchos años debemos esforzarnos por tener un cuerpo saludable, para eso se requiere alimentos adecuados y balanceados, en otras palabras una buena dieta. Además, debemos ser disciplinados en el horario tanto para ir a trabajar, alimentarnos, ejercitarnos y descansar. Tomar muy en serio las recomendaciones bíblicas y de los médicos.

Considerar que las relaciones sexuales ilícitas según la ética cristiana no debemos practicarlas, debemos tener dominio propio, solos no podemos; necesitamos la ayuda del Espíritu de Cristo para no caer en esa tentación y pecar desobedeciendo el consejo de la palabra de Dios. A Él le importa nuestra alma, pero también nuestro cuerpo, por lo tanto, honrémosle en lo espiritual y también en el cuerpo.

Dios no quiso que su Hijo Jesús el Cristo se corrompiera su cuerpo en la tumba, lo resucitó al tercer día de entre los muertos para gloria suya, debemos considerarlo como ejemplo de que hará lo mismo con nosotros. Nuestra alma se irá con Él al morir, nuestro cuerpo se irá al sepulcro. Nuestra esperanza es que llegará el día cuando Cristo Jesús regrese a este mundo para establecer su reino visible y todos los que creímos en él resucitaremos a su semejanza para vivir eternamente con Cristo Jesús. Créelo, porque sucederá, esa fue su promesa y también la de Dios el Padre.

Lee 1 Corintios 6:12-20