Josué ya estaba muy anciano y El Señor (Adonay) le dijo: “Has envejecido y aún falta conquistar mucho territorio. Esta es la lista de los territorios aun no conquistados:”
Josué 13:1
Te consideras viejo; ¿Por los años que tú tienes?, ¿Por lo cansado físicamente?, ¿Por tu actitud mental? O ¿Por qué ya eres jubilado del trabajo? La vejez está en la mente de las personas, es lo que Dios le estaba tratando de decir a Josué, aun tienes que conquistar otros territorios y debes repartir la tierra conquistada a las tribus de Israel. Y Josué lo hizo.
Tú tienes que conquistar esos territorios que no has logrado: Nuevos estudios, tareas inconclusas, aquello que siempre deseaste hacer, otro trabajo, un nuevo matrimonio porque eres viudo (a) o divorciado (a) y no es conveniente que estés solo (a). Así que urge que vuelvas a la actividad, a la acción, a la batalla, desde una perspectiva diferente, sin estrés y sin preocupaciones, serás tu propio jefe y con el favor de Dios lo lograrás, como dijera el viejo apóstol Pablo “todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Dejaremos de ser activos hasta que nos muramos. No permitas que tu mente juegue contigo. Alejandro Magno, rey de Macedonia se murió de vejez prematura después de sus conquistas y no tuvo más territorio que conquistar, se murió de calentura y eso fue cuando tenía 33 años de edad. No lo imites diciéndote “ya no tengo nada que hacer”, eso es peligroso porque a lo mejor te toman la palabra y te mueres ya. Porque no tienes un propósito para continuar viviendo. Aprendamos de Josué que ya anciano con voz fuerte y vigorosa se dirigió al pueblo, todos tenía que oírle: Les dijo: “Yo y mi familia serviremos al Señor”, y lo logró, murió con satisfacción a los 110 años.
El escritor israelí Epfraim Kishon, dice en uno de sus escritos: “No me siento viejo porque tenga tantos años tras de mí, sino por los pocos que tengo por delante.” Por lo tanto, manos a la obra aprovechando los años que Dios nos permita vivir y decir juntamente con el apóstol Pablo: “Yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado, sino que prosigo a la meta.”
Lee Josué 13:1-7