Y después que ustedes hayan sufrido un poco de tiempo. Dios mismo, el Dios de toda gracia que los llamó a su gloria eterna en Cristo, los restaurará y los hará fuertes, firmes y estables.
I Pedro 5:10
El sufrimiento, todo ser humano lo ha padecido en una o más ocasiones, no es nada fácil encarar este mal, en forma muy particular cuando vemos a nuestros niños tener una deficiencia física o una enfermedad incurable, lo es también cuando perdemos un ser amado, puede ser un hijo, una hija, la esposa o el esposo, o alguno de los padres y así otros más porque fue repentina su muerte. Se sufre en familia cuando uno de los cónyuges se va del hogar, sin explicación, sin arrepentimiento, porque los planes, las ilusiones, las metas de la familia todo se derrumba, es una crueldad.
Cuando se padece por causa de ser seguidor de Cristo, es un sufrimiento que vale la pena afrontar, este es el mensaje del apóstol Pedro a los creyentes en Cristo de Asia Menor, a fin de estimular en ellos una gozosa esperanza frente a la persecución que se cernía. La persecución del Imperio Romano no era desconocida por los cristianos, sobre todo la crueldad del emperador Nerón. El apóstol Pedro está preparando a los creyentes de todas las provincias que estuvieran alertas ante esta persecución que este gobernante desataría sobre todos los seguidores de Cristo.
Algo importante para nosotros es que debemos estar preparados y firmes en Dios y en Cristo Jesús porque el sufrimiento llegará en forma inesperada. Nuestra fe y esperanza es que Dios nos dará la salida ante el dolor, la angustia y la pérdida, Él nos restaurará. Tan sólo confiemos como lo hicieron esos cristianos a quienes fue dirigida esta carta.
Lee 1 Pedro 5:6-10