Estoy convencido de esto: el que comenzó tan buena obra en ustedes la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús.
Carta del Apóstol Pablo a los Filipenses 1:6
Todo se inicia cuando invitamos a Cristo Jesús a entrar en nuestra vida o corazón. Experimentamos nuestro primer amor de Él para nosotros y de nosotros para Él. A semejanza de una relación amorosa entre una mujer y un hombre, todo tiene un inicio y va creciendo el cariño hasta llegar al punto de unir sus vidas. Es un proceso emocionante, una aventura gozosa, de dependencia mutua, luego alcanzar la meta de la boda, continúa la relación abundando, creciendo en el conocimiento recíproco y madurando en el amor. Eso es lo que nos comparte el apóstol Pablo, él está seguro que Dios por su Espíritu comenzó esa obra de conocer y aceptar al Mesías Salvador Jesucristo, así que irá perfeccionando nuestra relación y comunión con Él. Lo conoceremos y amaremos más, le serviremos compartiendo de su amor con otros y su salvación. Este proceso, en algunos seguidores o discípulos de Él o cristianos, es de más tiempo porque iniciaron su experiencia con Cristo a temprana edad, en otros es más corto porque lo conocieron siendo ya adultos o ancianos. Pero todos llegaremos a la meta al terminar nuestra vida terrenal y llegar con Él donde ahí seremos perfectos o estar vivos cuando Él regrese a este mundo. Ese es el día de Cristo y nos transformará en un cerrar de ojos y nos llevará con Él en ese esperado arrebatamiento. Lo importante ahora es, no claudicar en nuestro seguimiento, en este proceso de vida cristiana, no desesperar porque con paciencia lograremos llegar a la meta.