Recuerden esto: El que siembra escasamente, escasamente cosechará, y el que siembra en abundancia, en abundancia cosechará. Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría. Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para ustedes, de manera que siempre, en toda circunstancia, tengan todo lo necesario, y toda buena obra abunde en ustedes.

2 carta a los Corintios 9:6-8

El apóstol Pablo, fue quien escribió esta extraordinaria carta a los cristianos o seguidores de Cristo Jesús de la ciudad de Corinto, como padre espiritual de ellos los amonesta y persuade con amor y no con carácter autoritario y desea que respondan con reciprocidad a su amor y permanezcan fieles a las verdades que les ha enseñado.

En los versículos 6 al 8 y hasta el versículo 15 el apóstol trata el asunto muy importante en la vida de cada creyente y de cada familia, esto es: la generosidad como un bien precioso que cada seguidor de Jesucristo debe practicar, sea pobre, o de recursos económicos o rico, la generosidad es para todos los creyentes a practicar porque Dios ha sido y continúa siendo generoso con todos.

Los agricultores o campesinos conocen muy bien la ley de la siembra y la cosecha. El apóstol Pablo hace mención de esta perfecta ley natural: “El que siembra poco o escasamente, poco o escasamente cosechará. El que siembra mucho o en abundancia, mucho o en abundancia cosechará.” Pablo, inmediatamente hace la aplicación a la contribución de los cristianos a la obra de Dios, indicando que cada creyente toma la decisión de dar lo que ha determinado para las necesidades que se tienen. Anima a considerar esta ley de la siembra y la cosecha.

Continúa…

Lee 2 Corintios 9:6-11