“Y ahora, Señor, ¿qué esperanza me queda? ¡Mi esperanza he puesto en ti!
Salmo de David 39:7
El salmista David, quien fuera rey de Israel, está muy enfermo, su corazón le arde, posiblemente un infarto, presión alta muy aguda, se siente morir, su vida ha sido muy breve y todo parece estar perdido. Además sus enemigos lo acechan, quieren destruirlo, tomar venganza o desean quitarlo de en medio por sus intereses mezquinos, su intención es terminar con él y eso agrava las penas y la angustia de David. Él ha puesto su esperanza en el Dios de Israel, su Dios y Señor a quien él ha servido con intensa devoción. David pregunta, qué tiempo le queda para vivir, porque su temor va creciendo y sus sufrimientos también.
Con toda seguridad, tú has estado en condiciones parecidas sean físicas, emocionales, o de peligro, este es un salmo muy apropiado para ti, hazlo tu oración en este tiempo o cuando estés afectado en cualquier circunstancia. Pon tu confianza, esperanza y espera en Dios porque tu vida le pertenece, ha cuidado de ti, aunque posiblemente algunas veces no te has dado cuenta, su protección ha estado a tu alcance. Por lo tanto, que tu fe no desmaye por ningún motivo y jamás desconfíes de Dios, tu Señor, Redentor y Padre. Él sabe cuánto tiempo nos queda de vida física aquí en la tierra, nosotros no lo sabemos y eso no debe afectar nuestra paz y seguridad en Él. Vivamos en la plenitud de su Espíritu, teniendo siempre presente nuestra comunión con Él en todo tiempo, no solo cuando estamos enfermos o teniendo otro tipo de problemas. Y preguntemos con sinceridad y expectación: Ahora, Señor, ¿qué esperaré? Mi esperanza la he puesto en ti.
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