De cada pueblo salía gente para ver a Jesús, y cuando se reunió una gran multitud, él les contó esta parábola. Un sembrador salió a sembrar. Al esparcir la semilla, una parte cayó junto al camino; fue pisoteada, y los pájaros se la comieron. Otra parte cayó sobre las piedras y, cuando brotó, las plantas se secaron por falta de humedad. Otra parte cayó entre espinos que, al crecer junto con la semilla, la ahogaron. Pero otra parte cayó en buen terreno; así que brotó y produjo una cosecha del ciento por uno.- “Dicho esto, exclamó: El que tenga oídos para oír, que oiga.”

Evangelio según Lucas 8:4-8

Esta parábola es sorprende y difícil de entender si no hay una explicación, de tal manera que los discípulos de Jesús no pudieron comprenderla y pidieron a Jesús que la explicara.

Una parábola es una narración o relato corto sobre un hecho cotidiano real o ficticio, presentado de una manera comparativa para dar a conocer un misterio o mensaje espiritual. La parábola del sembrador como se conoce este relato, el cual lo registra el Evangelio de Mateo, Marcos y Lucas. Es interesante por el mensaje que esconde. El sembrador esparció la semilla en cuatro terrenos diferentes. Reflexionaremos cada día en cada uno de los cuatro terrenos que se mencionan.

Primeramente está el terreno junto al camino donde cayeron las semillas, terreno difícil y macizo, al transitar la gente por ese camino las pisotearon y las semillas que quedaron las aves se la comieron.  Jesús explica el significado: la semilla es la palabra de Dios. Las personas que están junto al camino son los que oyen el mensaje de Dios, pero luego viene el diablo que simboliza las aves, les quita la palabra del corazón, no sea que crean el mensaje de vida eterna y se salven de la condenación eterna.

Muchas personas de casi todas las razas e idiomas oyen la palabra pero muchos no la creen, ni la reciben en su vida, porque el diablo les estorba y ellos se prestan a caer en la incredulidad, la semilla es desechada y se hace infructuosa, no hay resultado en la vida de esas personas. El diablo no puede obligar a la persona si esta se interesa sinceramente, pero es muy difícil este tipo de personas a las que se refiere Jesús, son personas que caen en el escepticismo respecto a Dios y su obra redentora por medio de su Hijo Cristo Jesús. Aplica eso a tu vida.

¿Eres escéptico o creyente en lo que te ofrece Cristo Jesús? De ti depende, no dejes de recibir su palabra que te salvará y ten cuidado con el diablo que te estorbara porque él no desea que recibas a Cristo en tu vida.

Continúa…

Lee Lucas 8:4-8