¿Quién puede subir al monte del Señor? ¿Quién puede estar en el lugar santo? Solo el de manos limpias y corazón puro, el que no adora ídolos vanos ni jura por dioses falsos. Quién es así recibirá bendiciones del Señor. Dios su Salvador le hará justicia. Tal es la generación de los que a ti acuden, de los que buscan tu rostro, oh Dios de Jacob. *SELAH

Salmo 24:3-6 de David

SELAH es una palabra hebrea que no tiene un significado concreto, pero el concepto se relaciona con hacer una pausa para meditar o reflexionar en lo que se venía haciendo y prepararse para lo que viene. Aparece esta palabra 74 veces en el Antiguo Testamento de la Biblia, 71 en los salmos y 3 en el libro del profeta Habacuc. SELAH también se usa como signo musical, parece ser un silencio para un cambio de tonalidad o una pausa para cambiar la dinámica. 

Quizás en ciertos momentos, Dios nos está diciendo en forma personal SELAH. Porque nuestra vida es una sinfonía de amor compuesta por Él y debemos sonar como a Él le gusta. Cuando nos pide un silencio es para cambiarnos a su manera: deténte y escucha. Haz un alto y piensa. Debemos hacer una pausa en nuestro trajín diario para contemplar a Dios en una comunión íntima. Esto es lo que expresa el significado de SELAH.

Los eruditos judíos afirman que SELAH significa: “Detente, el Eterno (Hashen) va hablarte.” Así que, SELAH servirá para que hagas una pausa a todo lo que te rodea y luego, enfócate en lo que deseas hacer para alcanzar ese objetivo.

A través del SELAH le permitimos al Padre amoroso y eterno formar a Cristo Jesús su Hijo en nosotros: en lo emocional, en lo mental, en lo espiritual en el servicio, en nuestras relaciones humanas y en todo lo que Cristo era, tenemos que parecernos a él; por eso a sus seguidores se les llamó cristianos.

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