Este hombre era nieto del rey de Israel, llamado Saúl. Su padre era Jonatán, amigo entrañable del postulado rey, llamado David, el cantor de Israel. 

En la guerra entre Israel y los filisteos su padre, como su abuelo habían muerto en batalla contra los filisteos. Llegó la noticia a Jerusalén que ellos habían muerto, temiendo que los soldados del nuevo régimen compensaran asesinar a los miembros del depuesto rey como era la costumbre oriental despiadada y sanguinaria, una de las nodrizas tomó en sus brazos al pequeño niño Mefiboset y corrió para salvarle la vida, en su carrera la mujer tropezó, el niño se le resbaló de los brazos y al caer se fracturó sus tobillos, así creció lisiado, como un minusválido.                                                                                                    

Ahora que David ocupa el trono como rey, pregunta, si no ha quedado algún sobreviviente de la familia de Saúl a quien pudiera ayudar, en recuerdo de su amigo Jonatán, le informan que hay un hijo de su amigo Jonatán que está lisiado de ambos pies y que vive en el territorio de Galaad, en una pequeña ciudad cercana al mar muerto, llamada Lodebar: (dolor, soledad, miseria.) De inmediato envió por él para que lo trajeran ante él, Mefiboset no sabía qué le esperaba, cuando estuvo delante del Rey David, Mefiboset se postró ante él y David le informó que viviría con él en el palacio, con todos los privilegios, además, le devolverían todo el bien que pertenecían a su abuelo Saúl. Mefiboset quedó sorprendido, cuando él consideraba que iba a morir. 

Este relato nos enseña la compasión del Rey David, que ofrece misericordia a un pobre paralítico e incapacitado. Su amor es demostrado, lo salva de la muerte y la miseria para vivir en el palacio y recibir todos los beneficios del reino. Hay que admirar al rey por su misericordia y compasión por un indefenso minusválido, cuyo nombre era: Merib-Baal, en honor del Dios pagano Baal y se le cambió a Mefiboset, que significa vergüenza, avergonzado.

Este relato nos enseña que nosotros como Mefiboset éramos personas marginadas, lisiadas espiritualmente por el enemigo de Dios, abandonados a nuestra suerte, pobres en el espíritu, lejos del Rey de reyes, sin ningún derecho o privilegio, sin futuro al morir físicamente. Pero Dios tuvo compasión de cada uno de nosotros. . .

Continúa…

Lee la historia de Mefiboset 2 Samuel 9