El criterio de juicio, es que todos nos equivocamos algunas veces o frecuentemente. A veces nos equivocamos en simplezas, otras veces en el juzgar a otros, en lo moral también hemos fallado, en la conducta, en las relaciones familiares, en otras relaciones humanas, en fin. Nos hemos equivocado en el trabajo, en nuestra profesión u oficio. Nos hemos equivocado en decisiones fundamentales o básicas. Algunos se han equivocado en la profesión que escogieron, tal vez por sugerencia, capricho u otro motivo. Hay algunos que se han equivocado en la búsqueda de una esposa o esposo, relación que termina en divorcio o en el abandono.

Según el diccionario equivocación es: “Idea, opinión o expresión que una persona considera correcta pero que en realidad es falsa o desacertada. Es una acción que no sigue lo que es correcto, acertado o verdadero.” Sus sinónimos son: error, yerro, confusión, inexactitud, errata, etc.

En la vida moral equivocarse es también errar, es aberración, y la Biblia lo llama pecado, extravío, errar al blanco. Todas las equivocaciones tienen un resultado negativo, lo mismo en el área moral o espiritual. Así que, “saber equivocarse”, es reconocerlo en el área que esta sea y corregir.

El salmista David expresa sus equivocaciones y pecados, pero tiene la seguridad de que Dios: “Perdona todos tus pecados y sana todas tus dolencias; el rescata tu vida del sepulcro y te cubre de amor y compasión.” —Salmo 103:3-4. En el salmo 51 dice: “Yo reconozco mis transgresiones; (pecados, equivocaciones) siempre tengo presente mi pecado,  o transgresión, contra ti he pecado, solo contra ti, y he hecho lo que es malo ante tus ojos.” Después de su confesión se sintió perdonado.

Es necesario reconocer nuestras equivocaciones porque son verdaderas, nuestros errores porque lo han sido y nuestros pecados porque Dios lo sabe y posiblemente otras personas que han sido afectadas. Lo que nos queda por hacer es pedir perdón a Dios y a los que han sido afectados, y a nosotros mismos. Es seguro que  vamos a volver ha equivocarnos, debemos saber que lo hicimos, corrijamos y no volver a repetir lo mismo.

Lee Salmo 51:1-13