Jesús contó una parábola a sus discípulos: Un hombre rico tenía un administrador a quien acusaron de derrochar sus bienes. Así que lo mandó a llamar y le dijo: “¿Qué es esto que me dicen de ti? Rinde cuentas de tu administración, porque ya no puedes seguir en tu puesto.”

Evangelio de Lucas 16:1-2

Dios como Señor es el proveedor de todas las cosas, el hombre rico representa a Dios quien es generoso con todos sus hijos, y que, siendo el dueño de todo, incluyendo nuestra vida, pedirá cuenta del uso de los bienes materiales que nos ha otorgado. Tú, mejor que nadie sabe cómo estás administrando los recursos materiales que recibes por medio del trabajo; pero si tú no estás administrando bien esos recursos y tu vida de relación con tu Padre celestial, los resultados se verán en tu vida familiar o en el suplir satisfactoriamente las necesidades de tu hogar. Cada peso ganado es la inversión de tu vida en ese negocio, trabajo o en tu vocación empeñada en lo que haces. Al Señor le agrada que seamos responsables, considerando cada rubro en lo que gastamos ese dinero, considerando las prioridades de la casa en la que cada miembro que forman la familia esté contento y seguro por la provisión de Dios por medio de ti. Cada gasto debe ser planificado incluyendo el diezmo o la aportación que damos al templo, a Dios le agrada y dice que “ama al que da con alegría.” Como también ayudar al pobre y necesitado para no caer en la avaricia y egoísmo. Cuando hay una sana administración Dios nos dará más, como dijo Jesús de Nazaret: “medida apretada y rebosante”. Cuando un día lleguemos al cielo, el Señor, Dueño y Proveedor nos pedirá: Da cuenta de tu administración total de tu vida, eso incluye los recursos materiales que nos fue dado. Y después de rendir cuenta, nos dirá: “Bien, buen siervo y fiel; en lo poco has sido fiel, en lo mucho te pondré; entra en la alegría de tu Señor.”

Pero si no se administró responsablemente la vida total incluyendo los recursos, el Señor dirá: “siervo malo y perezoso…échenlo afuera, a la oscuridad…” (Evangelio de Mateo 25:14-30) Seamos sabios, nuestra vida es muy valiosa para Dios, debemos administrarla con responsabilidad.

Lee Lucas 16:1-12