“Porque Cristo murió por los pecados una vez por todas, El Justo por los injustos, a fin de llevarlos a ustedes a Dios. Él sufrió la muerte en su cuerpo, pero el Espíritu hizo que volviera a la vida.”
1 Pedro 3:18
Introducción. – En los versículos 18-22 el apóstol Pedro ilustra los principios que Cristo proveyó el ejemplo perfecto y sufrió por hacer lo que era correcto (2:14). Su vida impecable provocó los ataques injustos de hombres perversos, sin embargo, Él no temió a los hombres, sino que se encomendó a Dios
Cristo claramente declaró su propósito y se comprometió a seguir un curso de acción. Murió en lugar de la humanidad, manteniendo una conciencia limpia. “Cuando proferían insultos contra Él, no respondía con insultos, cuando padecía, no amenazaba, sino que se entregaba a aquel que juzga con justicia” (1Pedro 2:23). Como resultado, recibió una gran recompensa en su propia resurrección y exaltación.
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Lee 1 Pedro 3:18-22