“En aquel día tú dirás: —Señor, yo te alabaré aunque te hayas enojado conmigo. Tu ira se ha calmado, y me has dado consuelo”
Profeta Isaías 12:1
Pregunta pertinente. ¿Está Dios enojado contigo?, para responder es necesario hacer un examen introspectivo de tu persona. ¿Hay asuntos en tu vida que no has podido resolver y que prefieres seguir guardándolos en tu subconsciente o en la periferia de tu consciente? Por ejemplo, tienes rencor contra alguien; tu padre, madre, hermano, o a la persona que lastimó tus sentimientos. Posiblemente seas tú mismo que has fallado, te siente mal contigo por haber fracasado en el objetivo que planeaste y no lo lograste. Te sientes inconforme y aburrido con lo que haces el cual no te trae satisfacción o posiblemente has ofendido a la persona o personas que amabas y no tuviste el valor de humillarte y pedir perdón sinceramente.
Aun hay algo que tratamos de olvidar, nuestras ofensas contra Dios, la rebeldía de no hacer su voluntad, hemos pecado contra Él en el área moral, contra otros y contra sí mismo. Respecto a todo, debemos examinarnos porque si las cosas no te están resultando favorables, es que Dios está enojado contigo.
El profeta Isaías estaba en este dilema o situación, pero tomó una decisión, reconoció sus malas acciones, decisiones, rencores y pecados, por eso fue perdonado, vindicado, consolado y en respuesta tomó la decisión de agradecer a Dios con alabanza, que es, el reconocimiento de quién es Dios. La ira o enojo de Dios desapareció.
Tu y yo debemos hacer lo que hizo Isaías. Reconocer las acciones negativas, si tienes que pedir perdón a alguien no te tardes, el rencor es maligno y daña. Si has ofendido a Dios por tus pecados, pide perdón, que Dios lo hará cuando ve nuestro sincero arrepentimiento, su enojo habrá pasado y Él te dará las bendiciones para todas las áreas de tu vida según tu deseo o necesidad. Se feliz.
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