“El Espíritu del Señor omnipotente esta sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a sanar los corazones heridos, a proclamar liberación a los cautivos y libertad a los prisioneros, a predicar el año del favor del Señor”.

Isaías 61:1,2

El Evangelio de Lucas nos da a conocer, que los paisanos de Jesús no pudieron resistir la explicación del mensaje de Jesús considerando este relato del profeta Isaías. Se enfurecieron, lo sacaron de la sinagoga, lo expulsaron del pueblo y lo llevaron a lo alto de una colina para tirarlo al precipicio. Pero Él, de una manera inexplicable se abrió paso y se fue. ¿Por qué no pudieron aceptar la palabra de Jesús?

1º. Se sintieron sorprendidos, inquietos y molestos porque Jesús se fue a Capernaúm, una población gentil a predicar, sanar y hacer milagros. Cuando Jesús les dijo: Ustedes me van a citar el proverbio: “¡Médico cúrate a ti mismo! Haz aquí en tu tierra lo que hemos oído que hiciste en Capernaúm”, Jesús les dijo que ningún profeta es aceptado en su propia tierra. 

2º. Se sintieron ofendidos cuando el Rabí les dijo dos verdades históricas, la ayuda de Dios por medio del profeta Elías en favor de una viuda gentil ante la hambruna que afectaba a muchos, incluyendo a los hebreos y sus viudas. También la compasión de Dios sobre el leproso Naamán el sirio al cual sanó por medio del profeta Eliseo. Dando a entender Jesús que Dios no hace acepción de personas y razas, sino que le importa la salvación de judíos y gentiles.

Desde entonces continúan existiendo los celosos de su religión, de sus tradiciones y de su exclusivismo. Se ofenden cuando se les comparte la esencia y el genuino evangelio, que solamente Cristo salva y sana, sin obras meritorias del penitente pecador, sino solamente por la gran misericordia de Dios por medio de su Hijo Jesucristo a quien constituyó como el único Mediador entre Él y el pecador arrepentido, el cual recibe el perdón de sus pecados, la salvación de su alma y la promesa de vida eterna. Ellos rechazan estas verdades del evangelio, por lo que rechazan al mismo Hijo de Dios, Jesucristo. 

Grave error tomar esta decisión, porque hay un juicio pendiente en el futuro para cada ser humano delante de un Juez justo y perfecto, el Eterno Dios.

Aunque muchos rechazan el evangelio, otros lo aceptan. No desmayemos debemos continuar compartiendo el evangelio.

Lee Lucas 4:14-30