“¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la escasez, el peligro, o la violencia?”
Carta a los romanos 8.35
El apóstol Pablo menciona a sus lectores siete situaciones en la que el creyente en Cristo puede experimentar. Él ya había padecido todas ellas (2 a los corintios 11:23-28). La forma como presenta estas circunstancias va de una a otra en aumento, de manera intensa, en ellas el creyente debe recibir fortaleza de Dios para no claudicar en su fe, de seguir y vivir en Cristo. “Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito” (8.28).
Estos son los ejemplos o la forma en la que Dios prueba o usa las circunstancias para conformarnos a la imagen de Jesucristo su Hijo. El apóstol nos dice que, en esta vida, la familia de Dios, su pueblo, tiene que enfrentar situaciones difíciles, pero que nuestro amor por El y por Cristo será recompensado, nos da la seguridad de que nada ni nadie nos puede separar de su amor. Él nos sigue amando y su amor nos mantendrá firmes, fieles y dependientes de su ayuda y nos dará el triunfo ante estas adversidades.
El amor de Cristo nos capacita para estar encima de las circunstancias y jamás seremos separados de Él y de sus bendiciones, apoyo y bendiciones que tanto necesitamos. Cuando llegamos al punto de que no hay solución, siempre Dios pondrá una puerta de emergencia que nos conducirá a ser victoriosos como Cristo y como el apóstol Pablo. No desmayemos, vivamos en Cristo y en la victoria de Cristo continuemos amándolo que Él ya demostró cuanto nos ama.
Lee Romanos 8:28-35