“Job respondió entonces al Señor. Le dijo: Yo sé bien que tú todo lo puedes, que no es posible frustrar ninguno de tus planes. “¿Quién es este”, has preguntado, “que sin conocimiento oscurece mi consejo?” (Job) Reconozco que he hablado de cosas que no alcanzo a comprender, de cosas demasiado maravillosas que me son desconocidas.”

Libro de Job 42:1-3

Todos los lectores de la Biblia conocen los sufrimientos del hombre llamado Job, un hombre con una prosperidad envidiable y una linda familia, era rico, todo lo tenía, incluyendo su bondad y su temor a Dios, hacía sacrificios por el pecado de sus hijos por si a caso lo hubieran ofendido, aunque estos eran buenos hijos por ese padre que tenían. Además, sus amigos lo tenían en alta estima, lo apreciaban por ser tan sabio y gentil, Job era un hombre fuera de serie, era agradable a Dios a los suyos y a sus conocidos.

Hasta que le llegó el sufrimiento por un desafío de Satanás a Dios respecto a la integridad de Job, diciendo el enemigo que Job no le sería fiel a Dios cuando le llegara la ruina. Dios permitió a Satanas que probara la fidelidad de su siervo Job y así fue. Job perdió todos sus bienes, sus propiedades, su ganado y se quedó en la ruina, pero eso no era todo,  perdió a sus amados hijos e hijas, los cuales murieron por situaciones inesperadas, aún faltaba más del ataque de Satanás, perdió su magnifica salud, le azotó una enfermedad en la piel de su cuerpo. En esas condiciones su propia esposa lo persuadía a maldecir a Dios y que se muriera. Job entró en angustia, dolor y sufriendo moral, emocional y mental muy desesperante, pero no aceptó el consejo de su esposa.

Es en esta situación lamentable cuando expresa su dolor y su frustración. Le dijo a Dios, “que sabía de Él, que Él podía hacer lo que quisiera y nadie podría impedir sus planes.” Job tenía un concepto limitado de quién era el Señor, hasta que lo confiesa y declara: “reconozco que he hablado de cosas que no alcanzo a comprender, de cosas maravillosas que me son desconocidas.” 

Y tú que piensas, ¿cómo consideras a Dios? ¿Lo conoces?

Continúa…

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