Job respondió entonces al Señor. Le dijo: Yo sé muy bien que tú lo puedes todo, que no es posible frustrar ninguno de tus planes. “¿Quién es este, -has preguntado,- que sin conocimiento oscurece mi consejo?” -Reconozco que he hablado de cosas que no alcanzo a comprender, de cosas demasiado maravillosas que me son desconocidas.- “Ahora escúchame, que voy hablar”, -dijiste; “yo te cuestionaré, y tú me responderás.” —De oídas había oído hablar de ti, pero ahora te veo con mis propios ojos. Por tanto me retracto de lo que he dicho, y me arrepiento en polvo y ceniza.
Libro de Job 42:1-6
La experiencia de Job y su ruina es incomprensible desde el punto de vista muy humano, nadie desea caer en una desgracia o calamidad como la que él experimentó. Era un hombre justo, bueno, amante de su familia, buen esposo, responsable con el trato de la gente que estaban a su servicio, apreciaba a sus amigos, tenía el don de gente; además era temeroso de Dios, al cual, por su testimonio no conocía del todo al Señor. Reconoce que los planes de Dios para su vida y para todo ser humano eran infalibles, y nadie puede frustrar esos planes porque es Su soberanía la que determina lo que debe suceder en el cielo y en la tierra.
Hay muchas personas que creen que Dios es injusto y cruel, que se cruza de brazos ante los males del mundo, ante el sufrimiento, la injusticia de los poderosos, de los gobiernos déspotas y corruptos. Pero no es así, el hombre malo nunca se saldrá con las suyas, Dios es justo y poderoso, el que la hace tendrá que pagar.
Los planes de Dios son perfectos, es la responsabilidad del hombre y de la mujer obedecerlos o no hacerlo. Un día, Dios hará justicia a los pobres, desafortunados y explotados. Llegará su juicio, porque todos los malvados tendrán que morir. Decídete como Job diciendo y creyendo: “de oídas había oído hablar de ti, pero ahora te veo con mis propios ojos”, verás su actuar el día menos considerado. Retráctate, si alguna vez has hablado mal de Dios, o has maldecido y arrepiéntete, como a Job, te otorgará su perdón. El te ama.
Lee Job 42:1-6