“Y ahora, después de lo que hemos hecho, ¿qué podemos decirte? No hemos cumplido los mandamientos que nos diste por medio de tus siervos los profetas, cuando nos advertiste: La tierra que van a poseer esta corrompida por la impureza de los pueblos que la habitan, pues de un extremo ellos la han llenado con sus abominaciones.”
Libro de Esdras 9:10-11
El pueblo de Israel cuando regresaron a su tierra después de la cautividad en Babilonia, comenzaron a relacionarse con los pueblos vecinos quienes practicaban el paganismo, idolatría, supersticiones y otros inconvenientes, a eso fueron arrastrados los israelitas; no solo rendían el culto a sus dioses, sino a tener también relaciones sexuales con las mujeres de ellos, y sus mujeres con hombres de esas naciones, lo cual era reprobable delante de su Dios único y verdadero. Esto fue lo que provocó la indignación del sacerdote Esdras y del líder Nehemías y otros temerosos del Señor. Es por eso del interrogante, ¿Qué podemos decir después de esto? Dios Justo y verdadero, nuestros pecados y aberraciones te han ofendido.
Ellos pidieron perdón no sólo por ellos sino por todo el pueblo de Israel. Nosotros como ellos hemos cometido pecados que han ofendido a nuestro Dios y Señor, quién es el mismo Dios de ellos, por lo que es conveniente tomar la misma actitud de estos líderes del pueblo, de arrepentirnos verdaderamente y enmendar nuestras actitudes inconvenientes. Vivir en libertad y en obediencia a nuestro buen Dios por medio de su Hijo Jesucristo quien murió por causa nuestra llevando sobre si mismo nuestros pecados. El pueblo de Israel de esa generación cambiaron de actitud y vivieron en forma diferente, hagamos también nosotros lo mismo.
Lee Esdras 9:1-15