El profeta Malaquías fue un predicador elocuente de la palabra de Dios al pueblo de Israel, que abogaba por la sinceridad en el culto y la santidad de vida. Amaba a su pueblo y los servicios que se ofrecieran al Señor. El pueblo había caído en una depresión espiritual, consideraban que Dios los había dejado de amar, la tierra estaba en ruinas, así como la ciudad y las murallas. Tenían poco de haber regresado del exilio babilonio, posiblemente entre los años 460-450 A.C. El profeta defiende públicamente el honor y la justicia de Dios y patentizar su gran amor por su pueblo. Aprendemos del profeta Malaquias que:

Dios Nos Ama. Y lo hace a pesar de nosotros y nuestra apatía. Tu puedes negar el amor de Dios, pero la realidad es otra, no puedes imaginarte como te considera Él, la importancia que tenemos para Él. Tu olvido puede negar su amor, solamente tienes que recordar el sacrificio que hizo por nosotros y por la humanidad por medio de la muerte de su Hijo, quien murió para salvarnos de la condenación eterna.

Dios Nos Ama Más Que Otros. El amor de los demás quien sea esa persona su amor es imperfecto  frágil y a veces egoísta, pero el amor del Señor es incondicional a pesar de nuestra arrogancia y desobediencia. Nuestra sola existencia habla de su amor hacia nosotros y espera pacientemente a que  tomemos una decisión por Él, porque no quiere que nadie se pierda.

Dios Nos Ama Más Allá De Nosotros. En la Biblia se nos enseña que debemos amarnos, que debemos cuidar y preservar nuestra vida y vivir en seguridad, ser felices y tener armonía en nuestro ser. Pero aún así, fallamos con nosotros mismos, dependemos de la suerte, del dinero y de elementos nocivos para sentirnos realizados. Dios nos ama tal como somos y más allá del amor que nos tengamos. Su amor para nosotros es sublime, generoso, sincero y desea siempre nuestro bien. No nos ama por ser mejores que otros, sino por su bondad  y su gran misericordia, desea que como el pródigo volvamos a Él con sinceridad. Desea también que seamos portadores de su amor.

Lee Malaquías 1:2-5