En 1953 Theodore Seuss Geisel, más conocido como el Dr. Seuss, viajo a Japón, mientras trabaja en un artículo para la revista Life. Cuentan sus biógrafos que en el viaje le vino a su mente la frase: “Una persona es una persona, no importa su tamaño.” Durante su estadía observó a la nación de Japón recuperarse de la guerra, había un nuevo sentido de crecimiento y esperanza, eso se notaba en los rostros de los japoneses. Tal fue el impacto de ese viaje que en esa navidad cuando regresó a su casa escribió su famoso libro: “Horton Escucha A Quién” el cual fue un libro favorito de muchos norteamericanos, niños, jóvenes y adultos y de otras nacionalidades. El Dr. Seuss se dedicó a escribir libros para niños, también los adultos se divertían al leerlos. Hace un mes leí uno de sus breves libros y lo hice en media hora, se titula “El gato ensombrerado”, divertido.

En el libro “Horton escucha a quién”, Horton es un elefante que se encuentra viviendo la vida como cualquier elefante, de pronto, un día escucha una voz que proviene de un pedazo diminuto de tierra, se da cuenta que existe una ciudad en un lugar pequeño, más allá de lo que el ojo puede percibir, entiende que todavía hay cosas sumamente valiosas que a veces no se perciben. Así, como en lo invisible se producen grandes tesoros, debemos entender que ese tesoro está contenido en pequeñas cosas. Esta etapa en el tiempo que tú y yo estamos viviendo es una etapa del entrenamiento en nuestra vida que Dios está permitiendo y ayudándonos mientras avanzamos en años, El nos ha dado algo muy valioso, lo cual si lo percibes bien es muy interesante, porque lo llevamos dentro de nosotros; es poderoso en potencia, pero muy frágil en su condición actual, debemos tener la capacidad de poder discernir los tiempos, porque puedes terminar escuchando tu futuro, recuerda, que eso es tan importante que no lo debemos subestimar, ni descuidar, porque es tan delicado, tan frágil y es fácil ignorarlo hasta que llega la sorpresa, lo inesperado: él es, tu corazón, mi corazón. Debe haber un cambio radical en la mente, para que reconozcamos que solamente dependemos de Dios y de este órgano tan valioso.

Continúa…

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