Adora al Señor tu Dios, y él bendecirá tu pan y tu agua. —Yo apartaré de ustedes toda enfermedad.

Libro de Éxodo 23:25

Un elemento importante a realizar, es reconocer quién es Dios. Es el Eterno, el Señor, el Creador y Sustentador de toda necesidad que enfrentemos en la vida. También Él es Redentor, Salvador y Proveedor. Por ser como Él es, debemos no sólo reconocerlo en estas perfecciones mencionadas, sino como el único Ser digno de adoración. Darle culto, alabanza, obediencia y gratitud. El es digno de toda pleitesía, todo honor, honra y majestad. Cuando nosotros lo hacemos, Él se digna a escuchar nuestros ruegos, oraciones, y peticiones.

Hay otra condición, acudir a Él por medio de su Santísimo Hijo Jesús el Mesías o Cristo porque él es el único mediador entre Dios el Padre y nosotros. Dios nos promete resolver lo básico en nuestra vida, esas batallas de cada día que afrontamos y a veces no podemos con ellas. Dice la promesa de Dios: que Él bendecirá nuestro pan, es todo lo material como sustento diario y lo hará por medio de nuestras capacidades, del trabajo diario y proveerá salud para poder realizarlas. También proveerá: —del agua— necesaria que todo ser vivo necesita, simbolismo de vida y de prosperidad. El preciado liquido lo transformamos en diferentes bebidas y satisfacen nuestra necesidad. Solo el agua es tan necesario no sólo para quitarnos la sed sino para diferentes necesidades. La promesa continúa: —Yo apartaré toda enfermedad de ustedes.—Este flagelo es una verdadera calamidad angustiante. Cuanto sufrimiento produce a todo ser humano, desde el bebé hasta el anciano.

¿Por qué no se cumplen estas promesas de Dios?, por falta de administración de nuestra salud, somos muy descuidados, abusamos de ella, además no obedecemos las indicaciones que la misma palabra de Dios ofrece para vivir con buena salud. Pidamos perdón por no obedecer estas instrucciones de Él y se cumplirán estas promesas. Oremos con fe a nuestro Dios y Padre, y démosle alabanza y gratitud.

Lee Éxodo 23:24-25