1 Necesitas un Salvador porque eres pecador. Esta es una verdad incuestionable, Dios lo dice, todos hemos errado al blanco en nuestra vida.El pecado es desobediencia a quien nos creó y delineó nuestra vida para que fuéramos para Él, pero en nuestra rebeldía ya no creemos en Él, o somos indiferentes. Cada quien hace lo que quiere en y con su vida, no hay temor para con Dios, fácilmente nos deslizamos en prácticas ilícitas, inmorales, somos irresponsables quebrantando una y otra vez sus mandamientos. “Por cuanto todos pecaron y están separados de Dios”(carta a Romanos 3:23, 5:12 y 6:23).
2 Necesitas un Salvador porque tú no te puedes salvar a ti mismo. No puedes salvarte por tus buenas obras, o por tu moral diciendo que tú no haces mal a nadie o porque eres religioso y cumples con todos sus preceptos o requisitos. Dios en su gran misericordia envió a su Hijo nacido de una Virgen para salvar a los pecadores. “Este mensaje es digno de creerse y merece ser aceptado por todos; que Cristo Jesús vino al mundo a salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero” (apóstol Pablo a Timoteo 1:15). “Porque el Hijo del hombre (Jesús) vino a buscar y a salvar lo que está perdido” (evangelio de Lucas 19:10).
3 Necesitas un Salvador porque sin él morirás eternamente. Hay solamente dos clases de personas y dos destinos. Una acepta al Salvador y la otra lo rechaza. Una se salva y la otra se pierde. Una va al cielo con Dios y la otra al infierno, cuando muera físicamente. “El que cree en el Hijo (de Dios), tiene vida eterna; pero el que rechaza al Hijo (de Dios) no verá la vida, (eterna) sino que la ira de Dios está sobre él” (evangelio de Juan 3:36).
4 Tu puedes tener un Salvador si lo aceptas o recibes en tu vida. El murió crucificado siendo Justo e inocente, sin culpa alguna, lo hizo por amor a ti y a mi y a todo aquel que decide creer y recibirlo en su vida. Es una decisión personal. “Más a todos los que lo recibieron a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser llamados hijos de Dios” (evangelio de Juan 1:12). Te invito a que repitas esta oración: “Dios, reconociendo que soy un pecador y no merezco tu amor, tu perdón y la salvación de mi alma, te ruego perdones mis pecados por los méritos de tu Hijo Jesucristo, quien murió por mí para darme una vida nueva y la seguridad de tener vida eterna. Jesús te recibo en mi vida y en mi corazón como mi único y suficiente Salvador.
5 Ahora que ya has aceptado y recibido a tu Salvador: Ámalo, vive sus enseñanzas, adóralo y sirve a otros en su nombre. Comparte este mensaje con los que amas y con toda persona que conoces para que ellos también disfruten de la vida eterna con Dios.
Lee Romanos 5:12-15, 6:23