“Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre.”

Evangelio de Mateo 7:7-8

Hay una hermosa pintura de Rembrandt, donde Jesús el Mesías está fuera de una casa, es de noche, está tocando a la puerta, esperando que se le abra. Hay personas en todas las edades y en nuestro tiempo que le han abierto la puerta de su vida a Jesús el Señor, posiblemente tú seas una de esas personas y si no has abierto la puerta de tu ser interno, es decir tu alma, hazlo de inmediato, invítalo a entrar para que tenga intimidad contigo, le dará paz a tu alma, a tu mente y a todo tu ser, de eso depende tu futuro.

Él dice: -al que llama se le abre. Es decir, está hablando de la oportunidad que Él te da, para que por medio de tus oraciones acudas a Dios el Padre por medio de Él, y Dios tu Padre, quien ya te ha adoptado por haber recibido a Jesús en tu vida, te responderá, tantas veces toques a la puerta del cielo. Cuando necesites auxilio, o satisfacer esta o aquella necesidad, cuando te sientas solo, o sola Él proveerá la compañía y el consuelo  mediante su Espíritu. Y en medio del peligro proveerá la ayuda de sus ángeles. Lo importante es que comprendas que como hijo o hija tienes tus privilegios, semejante a la relación que tienes con tu papá, aunque tu papá como humano es imperfecto, casi siempre te apoya y satisface tus necesidades, proveyendo lo que necesitas. Dios es así, pero en su perfección y misericordia como Padre, nos ayuda y satisface plenamente cuando acudimos a Él en humildad, con reverencia y amor.

Él es nuestro Abba – papá-, eso enseñó Jesús de modo característico para referirse a Dios, su Padre celestial (Evangelio de Marcos 14:36). Y el apóstol Pablo lo enseñó (Romanos 8:15; Gálatas 4:6). Ten confianza en tu Abba Padre.

Lee Romanos 8:14-17