“Porque donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.”

Mateo 18:20

Un amigo hace algunos años me dijo que iba en un avión y cuando el avión descendió para planear su aterrizaje, el piloto habló a los pasajeros que se pusieran en posición porque haría un aterrizaje forzoso, ya que la luz de seguridad del tren de aterrizaje no se había prendido, si esta no se prende posiblemente tenga una falla el tren de aterrizaje y al tocar la pista se podría subir y el avión se deslizaría. Mi amigo me dijo, todos estábamos asustados y yo me puse al corriente de todas mis oraciones. El aterrizaje resultó muy bien.

No necesitamos estar en una emergencia para ponernos al corriente de nuestras oraciones que no hemos hecho, es mejor tener una disciplina de comunión con Dios nuestro Padre. El predicador Billy Graham escribió: “La oración es nuestra línea vital de Dios” —Cuando decidas orar cada día, decide qué tiempo, de ser posible debes buscar un lugar que sea el mismo cada día, así como la hora, decide también que postura: sentado, de pie, de rodillas, postrado, caminando, o trotando sin distraerte, también en tu vehículo antes de arrancarlo, o viajando en algún medio de transporte. No tenemos ninguna excusa para no hacer oraciones. Te comparto algunos consejos.

Ora Con Humildad. Humildad es una actitud o virtud que se debe observar ante Dios, como Ser Superior y Perfecto. Tener plena conciencia, de que ha sido Él quien ha concedido el don de la existencia. Es nuestra actitud interior que proyectamos para ofrecer respeto y confianza, así como temor y reverencia, eso es humildad. También es Humildad, cuando reconocemos delante de Él que somos pecadores arrepentidos y reconocer nuestra dependencia en Él ante toda situación que se nos presenta. Es conveniente con humildad pedir o interceder por otros lo que deseamos. El apóstol Pedro en su primera carta nos recomienda “……Revístanse todos de humildad . . .porque Dios se opone a los orgullosos, pero da gracias a los humildes. Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que Él los exalte a su debido tiempo. Depositen en Él toda ansiedad, porque Él cuida de ustedes”( 5:5-7). El gran ejemplo de humildad para nosotros es Cristo Jesús. El apóstol Pablo lo reconoció y se los dijo a los filipenses “La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús, quien, siendo por naturaleza Dios no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse. Por el contrario, se humilló voluntariamente, tomando la naturaleza de siervo y haciéndose semejante a los seres humanos” (2:5-6)(7-11).

Continúa…

Lee 1 Pedro 5:5-7