“Rescata a los que van rumbo a la muerte; detén a los que a tumbos avanzan al suplicio. Pues, aunque digas, << Yo no lo sabía >>, ¿no habrá de darse cuenta el que pesa los corazones? ¿No habrá de saberlo el que vigila tu vida? ¡Él le paga a cada uno según sus acciones!

Proverbios de Salomón 24:11,12

Qué exhortación nos da Dios por medio del hombre más sabio que ha tenido este mundo. Esta es la pura verdad que nos recuerda nuestra responsabilidad que tenemos para con el prójimo. Jesús de Nazaret dijo: “Tengo que hacer las obras de mi Padre”, “Tengo otras ovejas que no son de este redil a estas también me conviene traer.” El apóstol a los gentiles también expresó: ¡Ay de mí!, si no anuncio el evangelio.” ¿Qué estás haciendo con este mandato de Dios? “Rescata a los que van rumbo a la muerte (eterna), detenlos para que no avancen al suplicio (del tormento que les espera)”.

Cuán importante y necesaria es nuestra participación para que muchos se salven y disfruten de la salvación de su alma y de su vida al confiar en Cristo como su Salvador. Es urgente que te involucres, demuestra que en verdad eres un seguidor de Jesucristo y que su mensaje de salvación lo has recibido, no te quedes egoístamente con el evangelio compártelo con tus familiares, amigos y conocidos, pueden morirse físicamente en esta semana, no te descuides, ¡búscalos! Que no se mueran sin Cristo.

No te olvides de la orden de Dios: “… adviértele de mi parte al malvado: “Estás condenado a muerte”. Si tu no le hablas ni le haces ver su mala conducta, para que siga viviendo, ese malvado morirá por causa de su pecado, pero yo te pediré cuentas de su muerte” (Ezequiel 3.18, 19).

Jesucristo fue el evangelista más prominente, Él siempre iba anunciando por todas partes el evangelio del reino; nosotros como sus seguidores debemos hacer exactamente lo mismo. No te olvides.

Lee Proverbios 24:11-12 Ezequiel 3:18-19