No estén tristes, pues el gozo del Señor es nuestra fortaleza.

Libro de Nehemias 8:10

El gobernador Nehemías del pueblo judío o israelita, junto con otros líderes estuvieron atentos, así como todo el pueblo reunido en la plaza, ante la plataforma donde se encontraba el maestro y sacerdote Esdras, leyendo el libro de la ley que el Señor le había dado a Israel por medio de su siervo Moisés. Mientras todos muy atentos escuchaban la lectura, otros hombres escogidos explicaban la palabra de Dios al pueblo para que la entendieran todos. En cierto momento se pusieron a llorar porque ellos no habían obedecido al Señor practicando lo que Él les había mandado. Aunque habían estado en el exilio babilónico aún así deberían haber obedecido los requerimientos que el Señor les había mandado. Fue entonces que el gobernador Nehemías, el maestro Esdras y otros consolaban al pueblo. Les dijeron: “no lloren, ni se pongan tristes, porque este día ha sido consagrado al Señor su Dios”. Luego Nehemías añadió: “ya pueden irse. Coman bien, tomen bebidas dulce y compartan su comida con quienes no tienen nada, porque este día ha sido consagrado a nuestro Señor. No estén tristes, pues el gozo del Señor es nuestra fortaleza.”

“La tristeza es considerada como el sentimiento o sensación de tristeza, falta de interés, pesimismo, desesperanza, desánimo en la vida, con la que las personas pueden demostrar poca reacción en el plano emocional y que en su mayoría se expresa junto con un fuerte llanto” (diccionario de psicología). La tristeza puede ser pasajera por unas horas, días, semanas o meses, cuando se prolonga se convierte en depresión. ¿Cómo se gestiona la tristeza o qué se puede hacer? Según la psicología primero, se debe aceptar la tristeza, porque a veces se trata de evitarla. Segundo, buscar solución o consuelo. Tercero, meditar o reflexionar. Cuarto, no aislarse, continuar con el contacto social. Quinto, buscar ayuda profesional. Según la enseñanza de la Biblia debemos buscar ayuda espiritual con un pastor, también podemos buscar un consejero cristiano. Intensa oración y buscar a otros que oren por el mismo motivo buscando la sanación por el poder de Cristo. Leer las Sagradas Escrituras, meditar y reflexionar. Buscar el compañerismo cristiano con otros, no aislarse. Alimentarse adecuadamente, sin depender del alcohol, del vino o de alguna droga. Y saldrás de la tristeza. Puedes usar estas ayudas para otros que tú conozcas que están tristes, o para consuelo de aquellos que perdieron un ser querido por la muerte.

Lee Nehemías 8:1-12