“Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitamos.”
Carta a los Hebreos 4:16
En ciertos momentos de nuestra existencia se presentan ciertas necesidades, a veces son urgentes y en otros casos pueden esperar un poco de tiempo para buscar resolverlas. Algunas de ellas son físicas, una enfermedad repentina, difícil de sobrellevar o lenta en la recuperación de la salud. Nos preocupamos cuando no llega la sanidad rápidamente, perdemos la paciencia y caemos en el desánimo o la depresión. Otras veces, es un asunto emocional, hemos sido heridos en nuestros sentimientos por una persona querida; no somos comprendidos y objetamos no otorgar el perdón al culpable. Otra veces, nuestra necesidad es financiera, no estamos recibiendo el dinero suficiente para vivir mejor o resolver alguna deuda o no tenemos para apoyar a quién amamos, eso nos lleva a la impotencia o a la desesperación. En cualquier necesidad que se nos presente, se nos garantiza que podemos recibir oportuna ayuda si confiamos, y apelamos a la misericordia divina, al Dios y Padre que está en los cielos, acudiendo a su trono de gracia, es decir a su trono de misericordia donde Él se encuentra y nos promete oír nuestra oración de petición ante la necesidad que nos agobia, nos promete hallar gracia delante de Él, esto se refiere a tener simpatía o agradarle para recibir la ayuda en el momento que más lo necesitamos.
No caigamos en la desesperación, considerando que no tenemos quien nos ayude, Dios si nos escuchará y nos ayudará en la solución de esa urgente necesidad tan solo acudir y creer que Él te apoyará.
Lee Hebreos 4:14-16