Jesús de Nazaret le dijo a sus discípulos: “vayan y hagan discípulos en todas las naciones.”  Un discípulo es un aprendiz, ellos tenían que realizar esa tarea de aprendizaje en otros, sobre lo que él les enseñó sobre la vida del reino de Dios, sobre su amor y una nueva vida que Cristo ofrece cuando se cree en él y se le recibe como Salvador y Señor de la vida. Tenía que comenzar en la ciudad de Jerusalén, en los pueblos de Judea y de Samaria, hasta las últimas naciones que entonces formaban el imperio romano.

El evangelio llegó a Europa y de ahí fue trasladado al continente americano, comenzando en el nuevo país que se estaba formando por colonos europeos crearon Norteamérica. Desde entonces, la enseñanza de Jesús por medio del discipulado se fue extendiendo en todo el continente americano, desde Canadá hasta los países de Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay y  Brasil. El evangélico fue llevado a otros  países y etnias de otros continentes, y continúa llevándose a otras etnias o aborígenes del mundo en nuestros días. Todo sucedió con 12 hombres convencidos de la obra del Mesías. Obedecieron a su Maestro, Salvador y Señor, comenzaron a transformar  el mundo por medio del evangelismo y el discipulado. Porque el imperativo no es ir, sino hacer discípulos que fue la misión y el mandato fundamental de Jesús.

Si tú tienes a Cristo Jesús en tu vida, tú eres un discípulo y debes obedecer por amor a tu Salvador, así como haciendo nuevos discípulos para que su reino sobre los corazones de los seres humanos continúe creciendo hasta que él regrese a este mundo, mientras no volverá y cuando regrese establecerá su reino visible.

Te recomiendo que leas lo que el dijo: Evangelio de Mateo 28:16-20; Evangelio de Marcos 16:15-18; Evangelio de Lucas 24:46-49; Hechos de los Apóstoles 1:1-5, 4:1-31.

Lee Hechos 4:1-31