Según los títulos que tenemos en la Biblia sobre los salmos, David escribió 73 de ellos, Asaf 12, los hijos de Coré 11, Salomón 2, Moisés y Etan 1 cada uno. Hay 50 salmos que no se menciona su autor. La Biblia, la versión de los 70 o septuaginta añade a los profetas Hageo y Zacarías como autores de 5 salmos. Los libros de las Crónicas explican con claridad que David organizó coros en el templo y compuso salmos para ellos (1 Crónicas 16:4, 5; 25: 1-5).
Hay un canto, lo esencial sobre Dios, basado en el salmo 62 del Rey David “Con Dios jamás seré derrotado”. David entregó este salmo a Jedutún, el cual era uno de los 3 directores corales del templo, quienes dirigían la adoración pública que bendecía al pueblo asistente. Algunos estudiosos de los salmos dicen que el Rey David escribió este salmo 62 cuando huía de su hijo amado Absalon, quien deseaba matarlo para constituirse en el rey del pueblo de Israel. Es un salmo paralelo al 39. Este salmo 62 es de profunda fe en Dios, Él puede ayudarnos a desarrollar aún más nuestra fe en Él.
Vv. 1-4 CONFIANZA ANTE EL ENEMIGO, el contenido de estos versículos se repiten en el 5 al 8. —(v. 1) “Sólo en Dios halla descanso mi alma; de él viene mi salvación.” -El escritor Moffatt traduce este versículo diciendo: “Deja todo, tranquilamente a Dios, alma mía”. El Salmista se consagra a Dios cuando es amenazado por los asaltos conspiradores que desean destronarlo como Rey. En ciertas circunstancias y en diferente tiempo enfrentamos la afrenta de ciertas personas que desean afectar nuestra seguridad física, emocional y espiritual, perdemos la esperanza de solución, recordemos en medio de cada situación: “Sólo él es mi roca y mi salvación; él es mi protector. ¡Jamás habré de caer!”
Continúa…
Lee Salmo 62:1-4