La Biblia registra a ciertas mujeres que fueron madres excelentes, v.g. Eva reconocida por Dios como la madre de todos los vivientes. Sara (princesa), Dios prometió que sería madre de naciones, reyes de pueblos vendrán de ella. (Promesa cumplida).  Rebeca madre de Esaú y Jacob, mujer humilde, sabia y llena de gracia. Débora una mujer piadosa, jueza y líder militar. Ana mujer piadosa, de fe y de oración (madre del profeta Samuel). Isabel la madre de Juan el Bautista, mujer de fe y de compromiso a pesar de su vejez. María, la madre de Jesús de Nazaret, mujer espiritual, abnegada, sabia, inteligente y con don de mártir, hay tantas otras mujeres en el Antiguo y Nuevo Testamento que su ejemplo de fortaleza espiritual, moral y sujetas a la voluntad de Dios. 

¿CUÁL FUE EL SECRETO DE ESTAS MUJERES PARA QUE ALCANZARAN LA EXCELENCIA?

  • Dependencia en Dios 
  • Obedientes a la voluntad del Señor
  • Temerosas y Humildes
  • Valientes, y de profunda fe
  • Sujetas, respetuosas y serviciales con el esposo
  • Responsables y dedicadas a su familia
  • Sabias consejeras para apoyar al esposo y educación a sus hijos

Dios tuvo en alta estima a estas mujeres, que unidas con el esposo, cumplieron los planes de Dios, dándole honra y obediencia. La bendición siempre estuvo sobre estas esposas y sobre su hogar.

    FELIZ DÍA DE LAS MADRES

SOLO PIDO TU GRACIA
No quiero que me quites esta cruz que me has dado;
La cruz que me ofreciste y que ya he tomado.
Sólo pido Tu Gracia para llevarla a cuestas
Con mi fe y mi esperanza poderosas, enhiestas.
No pido que mi inmenso dolor sea más leve.
Sólo pido que me acerques a Ti; que me eleve.
Que me haga más humilde; me hagas comprensiva
Para que mi flaqueza, por tu potencia viva.
No quiero que me quites mi pena y mi dolor
Porque ellos me llevaron a Ti, mi buen Señor 
¡Ah!, pero si te pido, Jesús, que no te alejes.
Te necesito mucho. ¡Dios Santo, no me dejes!
¡Sí! Quédate conmigo de noche y de día
Y así bendeciré mi angustia y mi agonía.
Para llevar la cruz que me conduzca hacia 
Ti, Divino Maestro, ¡Sólo pido tu Gracia!

Evelina V. de Flores