6- El Espíritu Santo es nuestro Consolador

Jesús prometió el Espíritu a sus discípulos y a todos sus seguidores, diciéndoles: “Si ustedes me aman, obedecerán mis mandamientos. Y yo le pediré al Padre, y les dará otro Consolador para que los acompañe siempre: el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede aceptar porque no lo ve ni lo conoce. Pero ustedes sí lo conocen, porque vive con ustedes y estará en ustedes”. -Evangelio de Juan 14:15-17. Acto seguido, sopló sobre ellos y les dijo: —Reciban el Espíritu Santo. Juan 20:22. Maravillosa experiencia y maravillosa promesa. Desde entonces el Espíritu Santo está con los que confiesan que Cristo es su Salvador y Señor. El estará con sus seguidores para consolarlos en medio de la persecución por los adversarios del evangelio de salvación impulsados por el enemigo de Dios y de Cristo, el diablo. Cuando estamos tristes, apesadumbrados y enfermos el Espíritu Santo está a nuestro lado para animarnos, consolarnos y apoyarnos en todo. Debemos aprender a depender más y más de Él.

7- El Espíritu Santo es nuestro Refinador

Cuando se manifestó y descendió sobre los reunidos en la fiesta de Pentecostés, según el relato de Hechos de los Apóstoles 2:1-3: De repente, vino del cielo un ruido como el de una violenta ráfaga de viento y llenó toda la casa donde estaban reunidos. Se les aparecieron entonces unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos. Fue una manifestación de la presencia del Espíritu Santo y de la santidad de Dios. El Espíritu refina, limpia, purifica de aquellas cosas que tenemos en nuestra vida y nunca las hemos reconocido delante de Dios para que nos perdone en sincero arrepentimiento.

Lee Hechos de los Apóstoles 2:1-4