El apóstol Pedro nos desafía a enfrentar: La experiencia DEL SUFRIMIENTO.

No nos agrada sufrir en ninguna de sus formas o manifestaciones, regreso al síndrome de la omnipotencia, (todo poder) conmigo no va eso, yo todo lo puedo, a mí jamás me sucederá eso, yo sé cómo lidiar con eso y más, son expresiones que a veces usamos. El sufrimiento no viene de Dios, Él lo permite o lo usa para su propósito. Dice el apóstol Pedro, que después que el cristiano haya experimentado el sufrimiento, Dios lo perfeccionará…, afirmará…, fortalecerá… y establecerá… Cada una de estas palabras tiene en su trasfondo una figura dinámica. Cada uno de estos verbos nos dice algo acerca del propósito de Dios sobre el sufrimiento en el ser humano. . .

Mediante el sufrimiento Dios lo PERFECCIONARÁ, es decir madurar en la fe, en la dependencia en Él… De manera que, si el sufrimiento es aceptado con humildad y amor a Dios, Él puede proveerle a la persona, aquello que le está faltando en su carácter; puede corregir la debilidad en fortaleza que ahora no tiene o es escasa. Con el sufrimiento Dios se propone agregar a la vida los detalles preciosos muy necesarios.

Mediante el sufrimiento Dios AFIRMARÁ a sus hijos. El sufrimiento corporal o físico, más la tristeza de espíritu hacen una de dos cosas. O hacen que el hombre sufra un colapso mental y emocional o que emerja con un sólido carácter que de ninguna otra manera hubiera podido obtener (como el atleta que mediante el rigor de su entrenamiento y el total esfuerzo de sus competiciones surge con un nuevo vigor, con una nueva fibra y con una potencia que supera toda demanda de lucha). Emerge como el acero endurecido que ha sido templado al fuego. Dios hace eso con sus hijos cuando se lo permitimos …

—Mediante el sufrimiento Dios FORTALECERÁ a sus hijos. Esto es llenar de fuerza. Una vida sin esfuerzo y sin disciplina casi necesariamente se convierte en una existencia reblandecida y frívola. Nadie conoce realmente lo que significa su fe hasta que ha sido probado en el crisol de la aflicción. Y después de haber sido probado en la aflicción, en el dolor y en la tristeza del desaliento o ante la pérdida de un ser querido finalmente emerge como nunca y con una fe fuerte y viva . . .

—Mediante el sufrimiento Dios ESTABLECERÁ a sus hijos. Solo cuando se enfrenta la tristeza y el sufrimiento sin queja alguna, sin enojo, sin culpa,  es cuando somos establecidos sobre el cimiento de la roca,  que es la fe en Cristo, cuándo descubrimos qué cosas son simples decoraciones en nuestra vida y cuáles son las básicas y esenciales, sentimos que en las pruebas de la vida, es donde descubrimos las verdades, sobre las cuales tu vida y la mía se fundan y de las cuales no podemos prescindir. Debemos recordar que el sufrimiento está muy lejos de producir estas preciosas experiencias en favor de toda persona. Es posible, que en algunas personas el sufrimiento produzca amargura, resentimiento, desesperación, o hasta arrebatarle la poca fe en Dios que tiene. Pero si el sufrimiento es aceptado con amor, con la confianza en el Señor, con esperanza, con la certidumbre de que la mano del Padre nunca hará derramar a su hijo lágrimas innecesarias. Como fruto de ello vendrán cosas  y experiencias que  nunca hubiéramos experimentado y sobre todo teniendo la constante presencia junto a nosotros del amoroso cuidado de Dios. Él estará ahí, no lo olvides.

Yo se de algunos de ustedes que están sufriendo y te preocupa lo que viene, pero recuerda que hay personas de fe que están intercediendo por ti ante Dios. No estás solo o sola, el Espíritu Santo está contigo.

Lee 1 Pedro 5:10-11