3- Dediquemos tiempo a pensar en los demás.

Recordemos que somos cristianos no solo por nuestra propia causa, sino también por causa de los demás. No solo interesarnos en nuestra propia salvación sino pensar en los demás. Es fácil ser arrastrados a un cristianismo egoísta, pero un cristianismo egoísta es una contradicción en sí mismo. Compartir nuestra vida en Cristo con otros; familiares, amigos y conocidos.

(A) Debemos estimularnos a una vida noble, desinteresada.

Las amistades son geniales y valiosas siempre y cuando se es sincero, justos y cariñosos. Hay amistades perdurables y amistades pasajeras. Las recomendaciones del escritor de esta carta es que debemos estimularnos mutuamente a una vida noble. Es dar un buen ejemplo. Mostrar el bien, dar testimonio de Cristo para que se conviertan a él, ellos tomarán la decisión, nosotros cumplimos con nuestro deber de compartirles nuestra fe en el Señor. La recomendación del escritor: “preocúpense los unos por los otros.” Será una linda actitud, estar dispuestos a velar por la seguridad de los hermanos en Cristo, por las amistades y por los familiares. Por amor ayudarles en sus necesidades, animarles con palabras, con oraciones al verlos en la prueba que estén sufriendo. Buscar a los hermanos en las reuniones de la iglesia o en otro tipo de reuniones es noble, aún en el duelo o en el infortunio, en toda circunstancia vale la pena porque los reanima nuestra presencia y nuestras palabras.

Continúa…

Lee Hebreos 10:24-25