En la tercera tentación el maligno quiso seducir a Jesús llevándolo a una montaña y desde ahí le mostró todos los reinos del mundo que serían para Él si postrado lo adoraba. Jesús le respondió: “adora al Señor tu Dios y sírvele solamente a él “(Deuteronomio 6:13).

Jesucristo venció al diablo, al pecado y a la muerte, para darnos seguridad de salvación eterna. Depositemos nuestra fe solamente en Él y tendremos su ayuda para vencer al enemigo.

Lee Lucas 4:5-8 , Mateo 4:8-11