Es posible que nunca hayas leído la historia de estas cinco hermanas, pertenecientes al clan de Manasés hijo de José, su padre era Zelofejad pero había muerto en el desierto de una manera misteriosa y no tuvo hijos, sino solamente estas cinco hijas, las cuales se presentaron ante el líder Moises inconformes por no tener herencia de su padre por ser mujeres. Moisés no sabía que decir, no había una reglamentación respecto al hombre que no había procreado hijo varón, por lo tanto tuvo que invocar la presencia de Dios en la tienda de reunión para presentar esta solicitud. Dios el Perfecto Legislador resolvió el problema,  y no fue el movimiento feminista que reclama igualdad de derechos entre el hombre y la mujer.

Dios siempre ha tenido en cuenta la igual de género, con todas sus prerrogativas, derechos y obligaciones para el hombre y la mujer. Dios ama por igual al hombre y a la mujer. Fue Cristo quien emancipó a la mujer, pero los sistemas de gobierno y político no lo asimilaron. La emancipación conocida también como la liberación femenina es el concepto que hace referencia al proceso histórico por medio del cual las mujeres de ciertos países han reivindicado su rol social y logrado ciertas conquistas, como la igualdad política  profesional, familiar y personal en relación con el papel atribuido tradicionalmente al hombre. Todavía los sistemas de gobierno les falta llegar a la solución total de este asunto. Pero Dios reglamentó el derecho de la herencia de un padre sin hijos para beneficiar a las hijas. Que lindo y justo es el Señor Dios.

Jesús en su ministerio terrenal fue bendecido por un grupo de mujeres, algunas de ellas estuvieron al pie de la cruz por amor a Él a pesar del riesgo. Jesús por su parte fue Justo y alcanzó para su reino a un buen grupo de ellas. Linda historia, que nos ayuda a los varones a valorar a las mujeres y no ser partícipe de la humillación, desprecio o violencia contra ellas. Aprendamos de Dios Padre y de Dios Hijo en la justicia hacia ellas.

Lee Números 27:1-11