Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde esta el rey de los judíos?, porque hemos visto su estrella en el oriente, y venimos a adorarle.
Evangelio de Mateo 2:1-2
La tradición dice que eran tres reyes por los regalos que le entregaron al niño, no se puede corroborar en los evangelios, ni en otros escritos, la verdad es que sí se presentaron ante el rey Herodes, quien gobernaba la nación de Israel y vivía en Jerusalén, no era romano, era idumeo y estaba al servicio del imperio que controlaba el territorio. Tampoco se sabe de donde eran los reyes magos o astrónomos, ellos siguieron una estrella pero les faltaba información, es por eso su pregunta al rey: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido?
Lo cierto es que Herodes no sabía y convocó a los estudiosos escribas y fariseos judíos, ellos le informaron que el Mesías Rey nacería en la Aldea de Belén, los magos al recibir esa información continuaron su búsqueda del Rey de los judíos. Nos dice el relato, que lo encontraron en una casa en el regazo de su madre María, lo adoraron y le entregaron sus presentes: oro, incienso y mirra. Magnífica actitud, cuyo ejemplo ha sido para millones de creyentes y seguidores de Jesús el Mesías Rey a lo largo de la historia. Más de dos mil años han transcurrido del nacimiento del Salvador del mundo, Rey de reyes y Señor de Señores.
En nuestra época, Jesús el Cristo continúa recibiendo el reconocimiento, la adoración y la entrega de los corazones de sus seguidores. En estos días recordamos el gran acontecimiento de la historia, Jesús nació en Belén y debe nacer en nuestros corazones. Que así sea. ¡Feliz Natividad!
Lee Mateo 2:1-12